La carga de mortalidad asociada a los defectos congénitos (DC) es relevante a nivel mundial y regional. En 2016 la prevalencia mundial de DC alcanzó 82.890.000 casos. De las defunciones durante los primeros 28 días de vida, 1 de cada 5 se debe a DC. A la mortalidad neonatal por DC se suma su contribución en la mortalidad fetal.
Del total de defunciones ocurridas en la Región y debidas a DC, 1 de cada 3 corresponden a malformaciones congénitas del corazón, principal causa de muerte de este grupo, cuya tendencia se ha mantenido en el tiempo. Le siguen en frecuencia las del sistema musculoesquelético, del sistema digestivo, urogenitales y del tubo neural.
La reducción de otras causas de muerte prevenibles en la etapa neonatal, aumenta la proporción de muertes neonatales por DC.
La tendencia y la contribución de este grupo de causas varían entre países, debido a la sensibilidad de registro de las causas de muerte, el acceso a técnicas de diagnóstico prenatal en cada población, y la posibilidad de realizar una interrupción voluntaria del embarazo.
El porcentaje de muertes por DC varía entre países según su tasa de mortalidad neonatal (MN):
- Tasa de MN menor a 6 defunciones por 1.000 nacidos vivos: las muertes por DC representan entre 15 y 40% de las defunciones neonatales.
- Tasa de MN superior a 12 por 1.000 nacidos vivos: las defunciones por defectos congénitos representan menos de 15% del total de defunciones
- Tasa de MN entre 6 y 12 por 1.000 nacidos vivos: el comportamiento es variable, entre 10 y 30% de la mortalidad neonatal
La implementación de acciones concretas y eficaces lograron eliminar algunas causas específicas, como el síndrome de rubéola congénita. En 2015, la evidencia epidemiológica presentada por los países miembros de la OPS demostró que la Región de las Américas eliminó la transmisión endémica de la rubéola y la rubéola congénita, primera Región en el mundo en erradicarlas, junto a la viruela y la polio.
Para mantener estas condiciones, la OPS y el Comité Internacional de Expertos para la Eliminación del Sarampión y la Rubéola recomiendan que todos los países de las Américas fortalezcan la vigilancia activa y mantengan una alta inmunidad en la población a través de la vacunación.
