Contar con una política de lactancia escrita permite:
- Comprometer a los distintos actores de la institución, a través de un acuerdo, para el cumplimiento de las prácticas que favorecen la lactancia materna
- Hacer que el personal médico y de enfermería se apropie del tema
- Contar con recomendaciones aplicables a un entorno específico
- Monitorear, evaluar y obtener datos sobre las prácticas relacionadas con la lactancia y sus efectos, por ejemplo, a través de auditorías
- Intercambiar dentro y fuera de la institución, involucrando a más actores, compartiendo experiencias y facilitando la replicación de buenas prácticas.
- Sensibilizar a través de acciones y productos de comunicación (conferencias, cursos, material de difusión, etc.)
- Analizar y comparar normas y resultados entre distintas instituciones de salud.