Los defectos congénitos (DC) son la segunda causa de mortalidad neonatal y una muy importante de enfermedad y discapacidad.
En América Latina y el Caribe, nacen más de 15 millones de niños por año. Aproximadamente 15 de cada 1.000 estarán expuestos a morir antes de cumplir 1 año y 10 de cada 1.000 antes del mes de vida, según las estimaciones publicadas en 2018.
De las defunciones durante los primeros 28 días de vida, aproximadamente 1 de cada 5 se debe a DC.
En términos generales, la mortalidad proporcional debida a DC, en realción a otras enfermedades, se está incrementando con el paso del tiempo en la mayoría de los países.
La Organización Mundial de la Salud, alienta a los países a prevenir los DC, promoviendo la implementación de programas de detección y proporcionando apoyo y atención continua, a los niños con DC y a sus familias.
La OMS sugiere la prevención primaria y la salud de los niños con DC mediante:
• el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de registro y vigilancia
• el desarrollo de conocimientos especializados y la creación de capacidades
• el fortalecimiento de la investigación y los estudios sobre etiología, diagnóstico y prevención
• el fomento de la cooperación internacional.
La comunidad internacional ha avanzado en la implementación de acciones específicas orientadas a abordar los DC, fundamentalmente dirigidas a reducir su impacto. Un ejemplo es el establecimiento del Día Mundial de los Defectos Congénitos (el 3 de marzo) , dedicado a informar a profesionales y a la sociedad sobre las acciones de prevención y promoción de la salud del recién nacido, así como concientizar acerca de la importancia de implementar acciones de vigilancia en los sectores de salud y del gobierno.
