Para el cambio de pañal:
Anticipar y tener una rutina consistente: a través de un contacto suave es posible preparar al bebé para el cambio de pañal. Esto le brinda sensación de seguridad. Siempre que sea posible armar una rutina para ese momento. Hay circunstancias en las que la rutina puede cambiar; en ese caso es importante comunicárselo al niño o la niña, para anticipar un abordaje o movimiento diferente.
Buscar un espacio acogedor: buscar un lugar tranquilo, con poco tránsito de personas, ya que es un momento de mucha vulnerabilidad. Este es un momento de profunda conexión entre el bebé y su cuidadora o cuidador, por lo que es importante que el espacio esté libre de cualquier distracción.
Aplicar las manos: Previo a realizar la higiene, envolverlos con las manos de la cuidadora o cuidador, con los miembros en flexión, y colocar suavemente su cuerpo en decúbito lateral para hacer el cambio de pañal. Si esto no fuera posible, es muy importante no forzar la apertura de los miembros inferiores, sino anticipar suavemente la maniobra. Además, atemperar los elementos para la higiene, por ejemplo, un algodón empapado en agua tibia.
Comunicarse constantemente con el bebé, de una manera pausada y con un tono de voz agradable.
• Abrir el pañal. Retirar el exceso de heces con el pañal que se retira.
• Con algodón o con el pañal de tela humedecido en agua tibia retirar suavemente los restos de heces, evitando estregar o frotar.
• Secar humedad con un algodón seco y colocar un pañal limpio. Evitar talcos ya que pueden causar alergias.
• Evitar el uso de paños humedecidos, que también pueden causar procesos alérgicos e irritar la piel del bebé.
• Puede suceder que el bebé orine o defeque en pleno cambio de pañales. En esta situación es importante permitirle al bebé que termine de orinar a gusto y no regañarlo. Una reacción negativa podría asustar, inhibir y hasta traumatizarlo.
En el niño: Separar la piel de la punta del pene con delicadeza y limpie en sentido circular.
No ejercer fuerza ya que esto puede lastimar la zona.
En la niña: En la higiene de las niñas, es importante recordar siempre que el sentido del movimiento debe ser desde la vagina hacia el ano (lo que puede evitar una infección urinaria). Abrir delicadamente los labios mayores para retirar los residuos de heces y orina que se acumulen, limpiando siempre en el sentido del frente hacia atrás.
