Se entiende por aprendizaje temprano a cualquier oportunidad para que el lactante, y los niños y niñas pequeñas o mayores interaccionen con una persona, un lugar o un objeto de su entorno. Tales interacciones (positivas o negativas), o la ausencia de estas, contribuyen al desarrollo cerebral y establecen las bases para el aprendizaje posterior.
Los niños y las niñas deben realizar actividades de aprendizaje temprano con sus padres, madres y otros cuidadores entre los 0 y los 3 años posteriores al nacimiento.
Las actividades que apoyan el aprendizaje temprano en el período neonatal son, entre otras, las de establecer contacto visual, sonreír, hablar, cantar y aplicar masajes suaves al bebé. Responder oportunamente o anticiparse a las señales del niño o de la niña también promueve el aprendizaje temprano.
Los trabajadores de salud deben brindar apoyo a las madres, los padres y otros cuidadores para involucrarse en el aprendizaje temprano de los niños y las niñas.