Transmitir la información adecuada, para la decisión informada de las madres y las familias, es correcto y ético.
Es considerable la evidencia científica disponible acerca de la lactancia y la alimentación con leche humana como estrategia de salud pública dados sus innumerables beneficios tanto para las personas recién nacidas como para quienes amamantan.
No obstante, la lactancia suele ser percibida por algunos profesionales de atención médica como una simple elección de estilo de vida. Temen generar culpa en quienes deciden no amamantar al “presionar” para lograr la lactancia.
Sin embargo, las madres podrían sentir culpa si eligieron no amamantar y enterarse más tarde de que algunos de los problemas de salud que enfrenta su bebé podrían haberse evitado a través de la lactancia.
Si en la conversación inicial una gestante de alto riesgo no tiene la intención de amamantar, una posibilidad, luego de explicarle los motivos por los que es importante para su bebé, es proponerle proporcionar su calostro y leche por un período de tiempo. Luego del momento inicial, quien amamanta siempre podrá decidir de qué manera continuar, provista de la información adecuada.
