El tétanos, enfermedad potencialmente mortal, no contagiosa, es causada por la neurotoxina producida por la bacteria Clostridium tetani.
En los bebés es prevenible vacunando a las mujeres antes o durante el embarazo, lo que protege a la madre y, por transferencia de anticuerpos protectores, también a su bebé. Igualmente, son importantes las prácticas obstétricas higiénicas para prevenir el tétanos neonatal (TNN) y materno.
El TNN ocurre en los primeros 28 días postnatales. Especialmente frecuente en los recién nacidos y sus madres si las mujeres no se vacunaron o se vacunaron de forma inadecuada, y, en su mayoría, mueren.
Suele presentarse en zonas rurales de difícil acceso, en nacimientos domiciliarios, en ambientes sin prácticas higiénicas de parto adecuadas.
Frecuentemente, pasa inadvertido en la comunidad; muchos casos y fallecimientos no notificados suceden en el seno del hogar, antes de que el bebé cumpla las dos semanas de edad.
Para su prevención es necesario aplicar la vacuna antitetánica durante el embarazo:
- En el primer contacto o lo antes posible en el embarazo
- Al menos cuatro semanas después de la primera dosis
- Entre 6 y 12 meses después de la segunda dosis o en el siguiente embarazo
- Entre 1 y 5 años después de tercera dosis o en el siguiente embarazo
- Entre 1 y 10 años después de la cuarta dosis o en el siguiente embarazo
Las embarazadas que recibieron de niñas cuatro dosis de vacuna antitetánica solo necesitan una dosis más durante el embarazo, que debe administrarse en la primera oportunidad posible.
Para obtener protección de por vida, la OMS recomienda:
- tres dosis de vacuna combinada: contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP) en el primer año de vida
- sendos refuerzos con toxoide tetánico: al inicio de la etapa escolar (4 a 7 años), en la adolescencia (12 a 15 años) y en los primeros años de la edad adulta o en el primer embarazo
La meta de la OMS es acabar con el tétanos neonatal en todo el mundo.