El contacto piel con piel precoz y la lactancia temprana son dos intervenciones estrechamente vinculadas que deben llevarse a cabo inmediatamente después del nacimiento.
El contacto piel a piel inmediato y prolongado facilita la lactancia, enriquece el microbioma de las personas recién nacidas, previene la hipotermia y la hipoglucemia, y estabiliza la función respiratoria.
La succión temprana en el pecho estimula la lactogénesis II (activación de la secreción de leche) y transfiere el calostro, rico en sustancias inmunoactivas, especialmente importante para quien nace de manera prematura.
Siempre que la estabilidad clínica del binomio lo permita, el contacto piel a piel debe ser facilitado inmediatamente luego del nacimiento.
Una revisión reciente observó un aumento del 33% en la mortalidad infantil si el inicio de la lactancia materna se retrasa una hora y un aumento del 100% si la lactancia se inicia luego de las 24 horas posteriores al nacimiento.
El contacto piel a piel inmediato al nacimiento constituye el Paso 4 de la Iniciativa Hospital Amigo del Niño.
Para la realización del contacto piel a piel por períodos prolongados, con la madre o con el padre, es necesario contar con Unidades de Internación Neonatal con ingreso irrestricto para los cuidadores: sin horarios, sin timbres, sin barreras para el acceso a donde se encuentra su bebé.