Enfermedad

El equipamiento utilizado en el transporte debe cumplir una serie de características generales:
• Apropiado para el grupo etario y para los problemas de salud que habrá que manejar.
• Liviano, portátil, resistente y fácil de limpiar
• Debe ir bien sujeto en el vehículo de transporte para la seguridad del paciente y del equipo.
• Probado en condiciones de transporte (temperatura, altitud, vibración).
Es esencial contar con equipamientos que permitan:

Antes de organizar un sistema de transporte neonatal, es preciso hacer una correcta planificación y coordinación a nivel nacional y regional para alinear las metas y objetivos de transporte con los del sistema de salud en su conjunto.
El proceso de planificación incluye:
• Alineación de los objetivos que buscan mejorar los resultados en el sistema de salud y los casos prioritarios (y casos excluidos) para el transporte.
• Estimación de la demanda de atención por cada problema de salud seleccionado y por región (necesidades satisfechas e insatisfechas).

Los estudios que busquen generar información científica acerca del transporte neonatal deberían incorporar intervenciones que hayan demostrado tener repercusión en los desenlaces neonatales:
• Estabilización antes de la derivación en el sitio de origen de transporte.
- Administración de surfactante.
• Documentación de la derivación.
• Comunicación entre el centro que deriva al paciente y el que lo recibe.
- Al iniciar el transporte
- Al dirigir el transporte al centro de referencia

La regionalización plantea el desafío de definir dónde invertir los recursos: en cuidados intensivos, en el transporte o en la prevención y la atención primaria.

Las demoras en el sistema de traslado neonatal pueden tener repercusión en la mortalidad.
El modelo de las “tres demoras” (Thaddeus y Maine, 1994) describe un marco conceptual para los factores y las fases de demora que influyen en el acceso oportuno a la atención especializada en urgencias. El modelo permite analizar la demora en los procesos en cada instancia del transporte neonatal.

Trasladar de forma segura a los recién nacidos enfermos a establecimientos de salud con el nivel de complejidad que su patología requiere, posibilita reducir la morbilidad y la mortalidad neonatal. Reducirlas es fundamental para alcanzar las metas mundiales de supervivencia infantil en los próximos decenios. Los esfuerzos para prevenir las principales causas de mortalidad neonatal deben complementarse con el desarrollo de sistemas para atender a los recién nacidos enfermos; entre ellos, el transporte neonatal seguro.

Los defectos del tubo neural (DTN) son los más comunes del sistema nervioso central, con fuerte impacto en la morbimortalidad infantil.

En la evolución de los DTN podemos referir los siguientes hitos:
- Década del setenta: avances en los tratamientos médico-quirúrgicos y reducción significativa de las secuelas y la discapacidad.

La vigilancia de los defectos congénitos (DC), consiste en: detección de casos, recolección de datos y envío, codificación, clasificación, análisis, interpretación y difusión de la información. Desarrollar sistemas de vigilancia permite a los países contar con datos propios para valorar su magnitud, evaluar su impacto a partir de diferentes perspectivas y evaluar el efecto de las intervenciones.

La carga de mortalidad asociada a los defectos congénitos (DC) es relevante a nivel mundial y regional. En 2016 la prevalencia mundial de DC alcanzó 82.890.000 casos. De las defunciones durante los primeros 28 días de vida, 1 de cada 5 se debe a DC. A la mortalidad neonatal por DC se suma su contribución en la mortalidad fetal.