Recién nacido

La leche humana (LH) es reconocida por su seguridad, eficacia, disponibilidad y costo efectividad. Por estas razones, es el mejor alimento para las personas recién nacidas, incluso si son pequeñas, prematuras o enfermas.

La lactancia mejora la sobrevida, la salud y el desarrollo de los niños y las niñas.

La LH tiene el potencial de reducir las morbilidades y mejorar la salud, especialmente en aquellas personas que nacen extremadamente prematuras por contener sustancias bioactivas con propiedades bactericidas, inmunomoduladoras e inductoras de la maduración intestinal.

No está recomendado aplicar cremas emolientes o hidratantes o cualquier otro producto en la piel de los y
las recién nacidas.
Al nacer, el ser humano posee en su piel un manto ácido, que es clave para mantener las defensas.
No existe evidencia científica acerca de efectos nocivos de los
emolientes pero tampoco se han demostrado beneficios en su aplicación. Por lo que no se recomienda aplicar sobre la piel emolientes u otros productos.
Ante cualquier duda siempre es adecuado consultar al equipo de salud.

No se recomienda la aplicación rutinaria de emolientes tópicos para la prevención de afecciones de la piel en las y los bebés nacidos a término sanos.
Esta recomendación fue elaborada por el Grupo de Elaboración de las Directrices de la OMS (GDG).

La leche humana de banco es la alternativa para alimentar a los recién nacidos prematuros ya que posibilita que reciban una dieta constituida exclusivamente por leche humana cuando la leche de la propia madre no está disponible, es escasa o está contraindicada.

La leche humana de banco es superior a la fórmula artificial. Es muy importante para la sobrevida y el desarrollo óptimo de los bebés que nacen prematuros.

Los bancos de leche humana deben contar con estándares y procedimientos que le confieran sustentabilidad, seguridad, y uso clínico y ético apropiados.

Para los y las bebés recién nacidas a término se recomiendan los masajes suaves en todo el cuerpo por sus posibles beneficios para el crecimiento y el desarrollo.

Las caricias y masajes suaves constituyen una oportunidad para estimular e interactuar con los y las lactantes.

Las reacciones al masaje deben respetarse según los principios de cuidado cariñoso y sensible.

Está recomendado considerar los masajes suaves en todo el cuerpo para los y las recién nacidas sanas a término, por sus posibles beneficios para el crecimiento y el desarrollo.

El masaje suave en todo el cuerpo comprende el uso de las manos para la estimulación táctil, frotando y acariciando lentamente las partes del cuerpo o bien un movimiento pasivo de toda la amplitud en las articulaciones de las extremidades.

El cuidado madre canguro es una intervención que permite a la madre asumir un papel central en su propio cuidado y en el de su recién nacido, garantizando así que el protagonismo permanezca en la madre y que los trabajadores de la salud apoyen y respondan a las necesidades de la madre y del recién nacido.

Desde 2011, el 17 de noviembre se reconoce como el Día mundial de la Prematuridad con el fin de dar visibilidad a esta problemática, concientizar sobre las necesidades y derechos de bebés prematuros y de sus familias, sensibilizar a los responsables de la toma de decisión, a los equipos de salud y a toda sociedad acerca de la importancia de la experiencia y el cuidado de calidad, para avanzar en políticas que garanticen el pleno derecho tanto de los bebés como de las familias.

La participación de los padres o parejas y familias es importante para apoyar a las madres a brindar contacto piel a piel mientras están en el centro y en casa después del alta.

La participación del padre y la familia es especialmente importante cuando la madre está médicamente inestable o se está recuperando de una cirugía.

El contacto piel con piel precoz y la lactancia temprana son dos intervenciones estrechamente vinculadas que deben llevarse a cabo inmediatamente después del nacimiento.
El contacto piel a piel inmediato y prolongado facilita la lactancia, enriquece el microbioma (conjunto de bacterias que constituyen la flora de todos los órganos) de las personas recién nacidas, previene la hipotermia y la hipoglucemia, y estabiliza la función respiratoria.